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Ventana a la lengua y cultura neogreca

Por Jannis Korinthios

Grecia e Italia, gracias al Mediterráneo, están unidas por milenios de historia común, jalonada por migraciones, encuentros y conflictos, injertos, fusiones y fracturas.
Desde la antigüedad, en la Italia meridional se ha constatado la existencia "otra Grecia". Podemos decir que, a partir de las primeras colonizaciones, migraciones reiteradas han contribuido a conservar en la Italia meridional una diáspora dinámica, difusa, endémica y bien integrada, que contradistingue diacrónica y profundamente la entera historia de toda esta región, su cultura y su lengua.
Y no solo, cuando Roma se apoderó de Grecia, el impacto no produjo únicamente efectos negativos, visto que es a través de Roma y su imperio universal, la vía por la que la cultura griega se difunde en Occidente.
Posteriormente, desde mitad del siglo VI d.c. y hasta la mitad del siglo XI, la Italia meridional permaneció en la órbita de la cultura griega. Muchas migraciones de poblaciones griegas se sucedieron también a partir del siglo XIV, manteniendo constante la presencia griega en muchas ciudades y pueblos.
Aún en nuestros días sobreviven en la Italia del sur dos insulae de lengua griega, en Calabria y en el Salento. La persistencia hoy en día de esta lengua contrapone los seguidores de tres tesis; los primeros sostienen la continuidad ininterrumpida desde la antigüedad, los segundos afirman que estos dialectos son residuos de migraciones acaecidas durante el milenio bizantino, mientras que los últimos sostienen una tesis intermedia.
La cultura y la lengua son, de hecho, sistemas que subsisten dependiendo de factores coyunturales, y avanzan o retroceden dependiendo de movimientos históricos que inciden en el destino de una civilización; sin embargo, hay que subrayar que la cultura persiste incluso después de la extinción del idioma que la implanta.
Actualmente, los últimos restos lingüísticos del grecoitálico han retrocedido, en la italia meridional, hacia el sudeste e, ineluctablemente, se extinguirán. Resisten todavía trazas del griego en los dialectos meridionales.
Según Gerhard Rohlfs: "no hay región italiana donde el elemento sobresalga de forma manifiesta y potente [...] Y no solo vocablos aislados, son centenares los que han invadido estos dialectos, es también algo que toca la esencia misma del lenguaje. Es el espíritu de la lengua griega lo que asoma en cada modo de hablar, lo que salta de la boca del más humilde campesino.".